Actualmente existe una evidencia clara en el mundo económico de la que se habla pero no se escucha. Por la política de tipos de interés bajos y las compras masivas de deuda por parte de los bancos centrales –BCE, FED, BoJ…– el endeudamiento institucional y corporativo está a unos niveles insostenibles en el sentido más exacto de la palabra.

http://data.imf.org/?sk=806ED027-520D-497F-9052-63EC199F5E63

Si nos fijamos en este gráfico (pinchando sobre la imagen accedes a la página oficial del FMI, con buena resolución y la serie histórica) se puede observar cómo los niveles de deuda tanto de países -deuda pública- como empresariales -deuda privada- están por encima del PIB en muchos países, lo que significa que esos países tendrían que estar más de un año desarrollando su actividad económica sólo para devolver el dinero que deben. Pues bien, para evitar quiebras estatales o corporativas, éstos deben ingresar más dinero del que gastan, incluyendo como gasto el pago de intereses y vencimientos de la deuda, que es ir devolviendo el dinero que deben. Si la economía va bien y los países son un poco austeros, podrían solucionar sin mayor problema este escenario preocupante y quedar todo en un susto. Pero hay tres problemas que juntos pueden ser una bomba económica y que se están incentivando con la llegada de Trump al poder: el aumento del coste de la deuda, la depreciación de la moneda y el freno al comercio internacional.

Haciendo referencia al primero de los tres elementos, desde que Trump se hizo con el poder del país que más comercia a nivel internacional hemos visto cómo los tipos de interés de todas las economías han aumentado, por la mayor incertidumbre sobre el futuro de la economía internacional que generaban sus discursos. Ello hace que los países tengan que pagar más dinero por endeudarse (aumenta su coste de la deuda, y por lo tanto la deuda en sí).

En cuanto al segundo elemento, por muy bien que le vaya a la economía de un país, si su moneda se hunde (significa que su dinero vale menos que antes en comparación con el de otros países) la deuda que posea el país en moneda extranjera sería aún mayor. Esto puede suceder, entre otros motivos, si ese país demanda más dólares para hacer frente a su creciente deuda (véase la retroalimentación).

Por último, y para añadir el ingrediente final del cóctel explosivo, si Trump continúa con sus ideas proteccionistas para frenar el comercio internacional chino y evitar perder la hegemonía mundial (que es el verdadero objetivo de Trump), perjudicará a todos los países cuyo mercado principal sea Estados Unidos (que es el mayor importador del mundo). Estos países, muchos de ellos del continente americano, que viven en su mayoría de la exportación y que en principio la depreciación de su moneda les beneficiaba en este aspecto por ser más baratos que sus competidores, se pueden encontrar con que no hay salida al mercado internacional para sus productos porque el gigante que antes les compraba ya no lo hace, lo que limita los ingresos de dicha economía.

Hagamos recuento entonces. Nos hemos encontrado con que los países ven cómo su deuda no para de crecer (especialmente los emergentes que se endeudan en dólares), lo que implica un mayor gasto para esas economías. Por otro lado, Trump abre la opción de reducir el comercio internacional, haciendo que los países que viven de la exportación a Estados Unidos vean diezmados sus ingresos. Por tanto, nos quedan numerosas economías que se van a encontrar con más gasto y menos ingreso.

¿Qué es lo que toca en estos casos? Sólo hace falta que un país entre en quiebra para que empiece el efecto contagio (acuérdense de lo que pasó con Grecia, que la Unión Europea no dejó caer su economía sencillamente porque iba a ser más costoso para la UE no hacerlo). Con la quiebra de un Estado como el mejicano por ejemplo, muy afectado por las políticas de Trump, como revisar el NAFTA y cuya deuda pública respecto al PIB está creciendo los últimos años, o de una gran compañía mejicana que arrastrase al Estado, podría comenzar un efecto dominó a base de impagos de forma similar a lo que sucedió con la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera, y que desencadenase la crisis de deuda, ya que si un país no paga a otro, ese otro se va a plantear por qué iba a tener él que pagar su deuda si no le están pagando la que le deben. Y no hace falta decir que si no te pagan lo que te deben, te cabreas, por lo que aflorarían desencuentros políticos y una mayor probabilidad de conflictos internacionales.

¿Hay que tener miedo? En esta época histórica cualquier afirmación puede ser errónea o una verdad a medias. No sabemos si con una crisis de deuda cambiará el modelo económico y capearemos el temporal, o si los países lograrán controlar la situación y evitar males mayores. Sea como fuere, nosotros seguiremos informando de la actualidad.

Saludos, Comunidad de ARGO