¿No os ha pasado alguna vez, que os habéis despertado con una sonrisa en la cara por saber que lo que haríais ese día os iba a hacer feliz? Te levantas, preparas tu café revitalizante y ya sabes que el resto del día será perfecto. Pero, ¿qué tiene de especial ese día? ¿Por qué no son todos así!?

El tiempo corre mucho. Mucho. En el colegio deseamos entrar en la universidad, en la universidad empezar a trabajar, y en el trabajo, jubilarnos. Y ale, ya hay un anciano más. ¿No será que la vida es independiente de universidades, carreras y demás construcciones sociales? ¿Nos pararemos poco a pensar en nosotros?

Está claro, si no decides qué hacer con tu vida, la sociedad lo decide por ti. Algo vas a hacer, de eso no te libras, lo que cambia es el qué. A veces se nos olvida que sólo vivimos una vez y que no estamos precisamente para tirar el tiempo porque nunca va a volver. De verdad, ¡que no va a volver!¡Nunca! Y cuanta gente malgasta sus vidas pensando en hacerse rico, en tener una casa grande, representar la palabra lujo… y no en utilizar su tiempo para hacer feliz y ser feliz. Nos olvidamos de la vocación, ese concepto raro de la que nos han hablado muchas veces y que no tiene una forma clara ni una visión específica, precisamente porque es única para cada individuo. Un mundo perfecto sería aquel en el que cada persona aporta a los demás con aquello de lo que es capaz, y todo lo demás es secundario. Adiós a los horarios, aporta desde casa, desde la playa, decide a quién aportar en cada momento -familia, amigos, la sociedad…- y deja que la misma sociedad te lo agradezca en proporción. Tal vez así sí despertarías todos los días con una sonrisa de oreja a oreja, sabiendo que cada día es especial y dispuesto a aprovecharlo al máximo.

La vocación es fundamental, pues son muchas las horas que se destinan a nuestro oficio, y es imposible ser feliz si no disfrutamos la mitad del día. Es igual la edad, cuando hay dudas sobre lo que se está haciendo hay que invertir (porque no es un gasto de tiempo, sino una auténtica inversión) tiempo en conocernos y comprender aquello que nos gusta hacer, y pensar en las opciones de que disponemos para lograr vivir de dicha vocación. Este sencillo hecho puede cambiarnos la vida.

En ARGO Cooperatio pronto trataremos de contribuir a esta importante decisión de tu vida y facilitarte ese salto hacia una profesión de vocación. Hasta entonces, puedes ir dándole vueltas al tema…

Saludos Argonautas!