Resulta interesante ver cómo muchos avances que han sido trascendentales a lo largo de la historia se inspiraron en la naturaleza. Los aviones, los acueductos, algunas técnicas militares e incluso teorías de organización social surgen de la observación de aquello que nos rodea. ¿Cómo vuelan los pájaros? ¿Cómo fluyen los ríos milenarios? ¿Cómo se organizan las abejas?
A estas preguntas les acompaña otra especialmente llamativa, ¿Cómo se mantienen en equilibrio los ecosistemas donde las especies que conviven en un hábitat concreto dependen unas de otras para sobrevivir?
En las últimas décadas hemos empezado a oír hablar del concepto de ecosistema fuera de la naturaleza, asociado a aspectos del mundo profesional y que ha motivado la articulación de teorías organizativas completas. El concepto está cobrando fuerza en el mundo de los negocios, y esto se debe a su capacidad para explicar las relaciones entre distintas profesiones y servicios, aportando una visión global que da contexto al desarrollo de una actividad profesional. Pero, ¿Qué es un ecosistema?
Si nos vamos a la definición más básica, un ecosistema es un conjunto de individuos que interactúan en un medio. La interacción puede deberse a muchos motivos y el medio ser de diversos tipos. Un ejemplo simple es la sabana, donde conviven especies vegetales, animales herbívoros y animales carnívoros adaptados al medio que logran el equilibrio conjunto de forma natural para mantener vivo el ecosistema. Llevado al ámbito de las relaciones humanas, es bien conocido el ecosistema emprendedor, donde a través de diversos eventos y redes de contacto -que son medios donde se desarrolla la interacción- emprendedores, mentores e inversores interactúan, permitiendo la existencia de las tres profesiones que se equilibran mutuamente y en conjunto aportan grandes innovaciones que podemos disfrutar hoy en día.
Cuando nos referimos a la interacción entre los individuos y las empresas que hacen posible el desarrollo de la actividad de una empresa en concreto, hablamos de ecosistemas empresariales. Estos ecosistemas incorporan a directivos, managers, empleados, operarios, proveedores, clientes, instituciones y todo tipo de agentes que intervienen en la actividad de la empresa, de principio a fin. Dado que la empresa es un ecosistema en sí mismo, y debe hacer todo lo posible para mantenerse activa, una labor fundamental de los directivos es lograr el equilibrio y la complementariedad entre todos los tipos de agentes que intervienen en el ecosistema e influyen en el negocio, a fin de mitigar riesgos, ser competitiva y generar beneficios.
Esto es más fácil decirlo que hacerlo. Hasta la fecha, uno de los problemas principales de estas teorías era llevarlo a la práctica, dado el alto nivel de información disgregada que debía ser recogida y analizada para guiar la toma de decisiones. El elevado coste de disponer de un área de análisis dentro de la empresa ha hecho prácticamente inviable para la mayoría de las empresas gestionar sus ecosistemas. Sin embargo, desde la llegada de la digitalización han surgido herramientas que permiten la coordinación entre agentes de forma ágil y rápida y el análisis de datos se ha convertido en un elemento accesible y altamente estratégico para la toma de decisiones de cualquier empresa.
Esta combinación del concepto de ecosistema con las nuevas tecnologías ha dado lugar a la aparición de los ecosistemas digitales empresariales.
El ecosistema digital es un ecosistema que se desarrolla sobre un medio digital, por ejemplo una red social o una plataforma. El verdadero diferencial está en que de la interacción entre los agentes en este medio surgen datos, que antes quedaban en el aire y ahora son recogidos y almacenados en bases de datos. Con las herramientas adecuadas, esos datos son analizados y puestos al servicio de las empresas, brindándoles la información que las hará altamente competitivas.
Tener información instantánea acerca de cuáles son las competencias profesionales que le faltan a tus empleados, qué rasgos de personalidad quieres en tus proveedores o cuál es la estructura óptima de tu plantilla para desarrollar la actividad de tu negocio son algunos elementos que ahora están al alcance de cualquier empresa.
Hoy en día, nadie duda que la transformación digital es un motivo de supervivencia para cualquier empresa. El gap competitivo entre las empresas que están digitalizadas y las que no lo están es enorme, por las implicaciones que esta revolución tecnológica tiene en la toma de decisiones, el ahorro de costes o la capacidad organizativa.
La competitividad de las empresas pasa por su transformación digital, y un elemento central para consolidar sus negocios será la creación de su ecosistema digital empresarial.
José Manuel Arroyo
CEO de ARGO Ecosystem